Por Lesego Moshikaro Y Yessenia Soto
Imagina que lideras una organización feminista sin fines de lucro en Egipto. Tu trabajo implica empoderar a las mujeres y presionar al Gobierno para que respete y proteja sus derechos. En un Egipto represivo, a las autoridades no les gusta lo que haces y quieren que lo dejes.Por eso, te atacan: te prohíben viajar, congelan todos tus activos y te acusan de recibir fondos extranjeros ilegales para tu organización, lo que te podría llevar a prisión de por vida si eres declarado culpable por los tribunales notoriamente parciales egipcios.
Leer en: El Pais