Tomar agua nos da vida; tomar conciencia nos dará agua

Contribución de membresía, por Adriana Inés Ávila Zárate, con el apoyo de todo el Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana

El Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana (MCC) es una organización de la sociedad civil constituida el 20 de julio de 2011 en la ciudad de Bucaramanga, departamento de Santander, Colombia. Su propósito es generar conciencia desde el conocimiento, abordando diversas problemáticas que afectan o pueden llegar a afectar a la ciudad, la región y el país.

Desde su fundación, el MCC ha emprendido acciones en defensa del agua, y especialmente en defensa de los páramos, un ecosistema de alta montaña con un rol central en el ciclo hidrológico, frente a la minería a gran escala. En esta causa ha trabajado paralelamente y en complementariedad con el Comité en Defensa del Agua y del páramo de Santurbán.

Páramo de Santurbán. Fuente: MCC

El MCC ha emprendido diversas acciones. En primer lugar, ha asumido un liderazgo de opinión por medio de la publicación de artículos, columnas, documentos, debates y declaraciones en medios de comunicación regionales y nacionales. Segundo, ha promovido la realización de foros alrededor de Santurbán, para subrayar su importancia y el impacto de los proyectos de megaminería sobre los páramos. Tercero, impulsó la constitución del Compromiso por Santander, firmado por los gobernantes electos en 2011, para comprometerlos ante los ciudadanos a cumplir sus planes de gobierno y habilitar a éstos a hacer veeduría de las acciones gubernamentales. Cuarto, convocó a las multitudinarias marchas en defensa del agua que tuvieron lugar en los años 2011, 2012 y 2017. En 2017, por ejemplo, más de 50.000 personas movilizadas en la ciudad mostraron la magnitud de la oposición social al proyecto de la empresa árabe Minesa de extraer nueve millones de onzas de oro a lo largo de 23 años, situación que afectaría de manera irremediable al páramo de Santurbán y con ello al abastecimiento de agua en la región.

Marcha en defensa del Agua 2017. Fuente: Semana

En el MCC se evidencia una sentida preocupación por que todos sus miembros se apropien cada vez más de la misión que nos mueve, un factor que favorece las condiciones para participar. Constantemente se realizan foros en los cuales un experto, del grupo o invitado, expone alguna temática de interés para el grupo, tal como la contaminación del agua de los ríos a causa de la minería o el modelo extractivista en Colombia, por citar algunos. Los foros están abiertos a la población que quiera participar, ya que son convocados bajo la premisa de que todos necesitamos conocer qué está pasando y cómo nos está afectando.

En ese afán de que todos aprendamos el MCC también ha realizado acciones educativas. Entre ellas fue muy significativa la campaña en escuelas públicas que buscó dar a conocer a niños y niñas qué son los páramos, qué relación tienen con el agua y porqué es preciso defenderlos. Para ello se compartió con los niños un cuento de Luis Álvaro Mejía, vocero del MCC, titulado Los Fantasmas del Páramo, que relata el peligro que corre este ecosistema a causa de la minería. La respuesta de los niños fue conmovedora, tal como lo atestiguan las siguientes frases:

“Gracias, en el libro hay cosas hermosas. Cuando lo leo siento que estoy en el páramo… Lo leyó Yenny mi hermana, mi mamá Johana, mi papá Franklin y yo me llamo Karen y aprendí que todos debemos cuidar el agua…”

“Un libro como Los fantasmas del páramo nos ha servido para alimentar la imaginación y el amor por la naturaleza”

Estas expresiones nos hacen creer que estamos en el camino correcto y que hacer oír nuestra voz mediante acciones concretas es clave para concretar lo que la ciudadanía reclama: su derecho al agua y a la vida.

Imagen del cuento "Los Fantasmas del Páramo"

Estas actividades educativas persiguen los objetivos de generar conciencia y visibilizar problemáticas. Para alcanzar esos objetivos el MCC también hace uso de una columna de opinión que se publica todos los jueves en el periódico regional Vanguardia Liberal, así como de los diversos canales de que dispone: una página web, un perfil de Facebook, una cuenta de Twitter y un canal de YouTube.

Estar más y mejor informados es condición necesaria para participar en calidad de ciudadanos. La información de calidad nos proporciona herramientas para reflexionar críticamente antes de decidir y aportar a debates conducentes a la toma de decisiones. Adicionalmente, el estar informado fortalece el interés por la causa, así como la capacidad de cuestionamiento y la indignación. La toma de conciencia nos lleva a participar de una manera más comprometida o sentida; para el MCC, se trata de un camino para ser mejores ciudadanos.

La participación vivenciada en estos años en el MCC, depende de la existencia de una ciudadanía activa, responsable e informada respecto de los asuntos públicos. Esta participación ciudadana es crucial para el juego democrático; para ejercitarla, los ciudadanos hacen uso de una serie de herramientas mediante las cuales pueden redirigir las situaciones en las cuales se sienten implicados. El MCC ha abierto espacios de participación sobre la base de la idea de que la mayor participación de los ciudadanos fomenta la gobernanza y la gobernabilidad democrática. Mediante la participación ciudadana los más diversos intereses sociales logran expandirse a la esfera política y materializarse en el escenario administrativo (Baño 1998: 36).

En el caso del MCC, lo que nos impulsó a la acción fue la constatación de lo intolerable, a saber, la explotación de oro sin considerar el daño ambiental que éste causa al agua y a los ecosistemas. Ello nos condujo a la movilización social e incluso al activismo. En la definición de la Real Academia Española, activismo es precisamente un “ejercicio del proselitismo y acción social de carácter público” mediante el cual el actor o agente social decide intervenir, de forma organizada y con estrategias comunes, para producir cambios en el sistema (Crespi 1999). En otras palabras, el activismo –una palabra derivada de los términos acción/acto- es una forma de participación de los ciudadanos que no se quedan pasivos y se movilizan para lograr cambios políticos-sociales en temáticas culturales, económicas, medioambientales, laborales o gubernamentales, y abarca más en general a todas las manifestaciones públicas en reclamo de un mundo más justo. Esta forma de participación construye ciudadanía (Valero 2003: 382) toda vez que la participación es al tiempo constituida por y constitutiva de la ciudadanía como rol e identidad política.

Usualmente las prácticas de activismo del MCC están basadas en formas de protesta masiva no violenta, tales como tomas-ocupaciones, marchas, manifestaciones y activismo en línea (diseminación mediante hashtags, información viral, firma electrónica de peticiones). A ellas se le suman las campañas tanto dentro de instituciones pertenecientes al sistema de educación formal como dirigidas a la ciudadanía en general; y los esfuerzos de concientización mediante la diseminación de información. Un buen ejemplo de ello ha sido la publicación del documento Manifiesto por el Agua, de Gonzalo Peña, miembro del MCC, que buscó generar conciencia sobre la defensa del agua contra la minería.

La participación en el MCC se ha convertido ya en una forma de vida en sociedad y en un referente a nivel local y nacional para ciudadanos comprometidos. ¿Cómo podríamos vivir en sociedad sin analizar o criticar lo que pasa a nuestro alrededor? ¿Cómo podríamos hacerlo sin pensar en mejorar nuestro bienestar y el de los demás? ¿Cómo podríamos lograrlo sin comprometernos con otros? Ahora bien, ¿cómo podríamos comprometernos con otros sin entendernos, respetarnos y valorar nuestras propuestas? Necesitamos ser conscientes y críticos respecto de la sociedad en que vivimos y expresar nuestro rechazo frente a las situaciones de inequidad que padecemos o vemos. Estamos llamados a tratar de resolver las situaciones que se nos hacen intolerables; para que nuestras acciones en dirección de las mejoras que queremos ver en el mundo sean más efectivas, necesitamos del apoyo del otro. Todas estas acciones en sociedad nos implican inevitablemente en el ejercicio de la participación ciudadana y, por ende, de la democracia.

En el MCC este compromiso de participación sigue en pie, porque nuestras luchas no han concluido. Estamos llamados a continuar ejerciendo nuestro deber y derecho ciudadano de participar, y a hacerlo intercalando acciones que impliquen a toda la ciudadanía, desde los más pequeños en los colegios, hasta los más grandes en las calles y en las redes sociales. Estamos seguros de que al hacerlo estaremos haciendo nuestro aporte al futuro de este planeta, que es de todos.

Referencias

Baño, R. (1998). Participación ciudadana. Elementos conceptuales. En E. Correa & M. Noé (eds.), Nociones de una ciudadanía que crece. Santiago de Chile: FLACSO.
Crespi, F. (1999). Teoria dell' agire sociale. Bologna: II Mulino.
Olvera, A. (2007). Notas sobre la participación ciudadana vista desde la óptica de las organizaciones de la sociedad civil. Proyecto 'Desarrollo Agendas Ciudadanas 2006'. Ciudad de México: Incide Social.
Valero, L. (2003). La ciudad como espacio socioeducativo del ciudadano. Problemas y posibilidades. Revista de Educación (Número extraordinario): 377-390.

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