por Anabel Cruz, presidenta de la Junta Directiva de CIVICUS 2016-2019
A principios de 1993, la democracia era aún bastante «joven» en muchas partes del mundo. Apenas habían transcurrido menos de cuatro años desde la caída del Muro de Berlín; el apartheid todavía no se había desmantelado por completo y las primeras elecciones sudafricanas mediante sufragio universal se celebrarían el año siguiente, en 1994. Al mismo tiempo, a principios de los noventa, varios países de América Latina habían dado sus primeros pasos hacia democracias representativas tras más de una década de dictaduras militares.
Internet no existía todavía y las comunicaciones internacionales eran algo por lo menos novedoso, lento y complicado. Solo un año antes, en 1992, un profesor de sociología de la Universidad de Aberdeen había descrito la globalización como «la compresión del mundo y la intensificación de la conciencia del mundo como un todo».
En ese contexto, ¿no es digno de admiración que un grupo de individuos de diversas regiones y lugares del mundo se unieran para fundar CIVICUS, como una alianza global de organizaciones de la sociedad civil? Esos visionarios definieron que la misión de la nueva alianza sería «fortalecer la acción y la influencia de los ciudadanos, partiendo del principio subyacente de que la existencia de sociedades libres y eficaces es directamente proporcional a su grado de participación e influencia ciudadana». (Comité Organizador de CIVICUS, acta de la reunión de Lisboa, enero de 1993).
Hoy, más de 25 años más tarde, esta misión sigue siendo válida, actual y constituye también nuestro desafío permanente. La libertad, la participación y la solidaridad siguen estando entre nuestros objetivos básicos y valores fundamentales.
Un viaje de 25 años junto CIVICUS
Cuando pienso mi viaje con CIVICUS me vienen a la mente una serie de imágenes y empiezo a revivir mis primeros contactos con la alianza a cámara rápida, como en una película. Descubrí esta nueva organización en los primeros meses de 1993: por aquel entonces las organizaciones de la sociedad civil de América Latina buscaban nuevos horizontes y colaboraciones internacionales, a la vez que se esforzaban por consolidar las democracias locales.
Nunca imaginé que mi visita a Independent Sector en Washington D. C., que en ese momento albergaba la alianza de reciente fundación, resultaría en una relación tan larga y duradera. Durante estos últimos 25 años he tenido el privilegio de seguir y participar en la historia de CIVICUS, en sus logros, desafíos, estrategias y cambios de rumbo, desde diversos puestos: he sido miembro, socia, miembro de la Junta Directiva y presidenta de la Junta Directiva en dos ocasiones distintas.
Una de las primeras medidas exitosas de CIVICUS fue probablemente su primera reunión internacional. Poco después de la fundación de la organización, en 1995, tuvo lugar en Ciudad de México la primera Asamblea Internacional de CIVICUS: 500 personas de más de 50 países diferentes se reunieron para conocer la nueva organización y entablar conversaciones sobre cómo fortalecer la acción ciudadana y las oportunidades de cooperación. Desde entonces, se han organizado 16 eventos internacionales por todo el mundo, reuniones mundiales para que la sociedad civil pueda conectarse, debatir y crear soluciones compartidas. Hoy a estas reuniones se las conoce como Semana Internacional de la Sociedad Civil (ICSW, por sus siglas en inglés). La más reciente se celebró el mes pasado en Belgrado, Serbia, y fue una reunión muy dinámica a la que asistieron más de 700 delegados de 92 países.
Desde el principio, CIVICUS priorizó las actividades, como el establecimiento de redes, la recogida de información y el fomento de las competencias de las asociaciones nacionales y regionales, tanto de las existentes como de las de nueva creación. En esta línea, el Grupo de Afinidad de Asociaciones Nacionales (AGNA, por sus siglas en inglés) fue uno de los primeros programas de CIVICUS que reunió a asociaciones nacionales y plataformas regionales de todo el mundo. Hoy, tras más de 20 años, este programa sigue fomentando una mayor cooperación sin tener en cuenta las fronteras.
Generando conocimiento para la sociedad civil en un mundo cambiante
Desde su creación en 1993, CIVICUS ha tratado de contribuir de manera significativa a registrar el auge de la sociedad civil en todo el mundo y a crear una base de conocimientos sobre la sociedad civil, hecha por la sociedad civil. Ya en 1995 se publicó el primer Informe Internacional sobre la Participación Ciudadana con el objetivo de conocer el estado de la sociedad civil en todo el mundo. Más adelante, en 1997, se publicó el Nuevo Atlas Cívico, una recopilación de perfiles de la sociedad civil de 60 países de todo el mundo. En 1999, tras varias consultas, CIVICUS estaba lista para lanzar una nueva idea, el Índice de la Sociedad Civil (CSI), con el fin de garantizar la coherencia respecto a las cuestiones tratadas y a un marco comparativo más riguroso.
Recuerdo claramente las palabras del exsecretario general de CIVICUS, Kumi Naidoo, quien años más tarde diría que los participantes en las consultas para el CSI habían descrito el proyecto como «un trabajo de locos», especialmente debido a la falta de datos sobre la sociedad civil en la mayoría de los países y a una controvertida definición de sociedad civil que no permitiría realizar comparaciones ni análisis internacionales. Sin embargo, CIVICUS desafió nuevamente los paradigmas y presentó la denominada «herramienta de diamante» durante la Asamblea Internacional de CIVICUS en Manila, a modo de diseño metodológico preliminar para el proyecto CSI.
Posteriormente, CIVICUS elaboraría un proyecto completo y el CSI entraría en su fase experimental entre 2000 y 2002, siendo implementado en 13 países. En la evaluación de la fase piloto se recomendó la realización de modificaciones en la metodología y se consideró que el proyecto Índice era «una herramienta innovadora, adaptable a diversos contextos, empoderadora y excepcionalmente participativa para la autoevaluación por parte de las partes interesadas de la sociedad civil en sus países». Luego se sucedieron dos fases completas, de 2003 a 2006, con la participación de 53 países, y de 2008 a 2011, con la aplicación del CSI en 56 países y también a nivel regional en seis países africanos.
Los resultados de una década de implementación del CSI fueron una enorme contribución al conjunto de conocimientos sobre la sociedad civil en todo el globo. El mundo estaba cambiando muy rápido y nuevos actores irrumpieron en la escena: el Movimiento de los Indignados en Madrid, las protestas estudiantiles en Chile y en otros países, la Primavera Árabe; todos estos nuevos actores comenzaron a destacar a finales de 2010, con picos en 2011 y 2012. Los resultados del CSI fueron claros e iban bien encaminados, ya que señalaban una notable desconexión entre las organizaciones de la sociedad civil establecidas y el creciente número de ciudadanos involucrados en las distintas formas de activismo, tanto en las nuevas como en las tradicionales. No fue una sorpresa que el título final del informe del CSI fuera «Colmando los vacios: ciudadanos, organizaciones y disociaciones» (2011) y concluyera que el CSI debía evolucionar para abarcar el panorama cambiante.
Las circunstancias de la sociedad civil han demostrado ser volátiles y pueden cambiar muy rápidamente. Por esta razón la información no puede estar desactualizada. De hecho, se necesitaban herramientas más ágiles, sin comprometer el rigor que caracterizaba al CSI, para seguir ofreciendo un barómetro puntero de ese impulso humano a favor de la libertad, la justicia y el esfuerzo colectivo.
CIVICUS ha escuchado y ha tratado de responder a las situaciones cambiantes y a las múltiples solicitudes. El Informe sobre el estado de la sociedad civil, publicado anualmente desde 2013, y el CIVICUS Monitor, lanzado en 2016, forman parte de esa evolución necesaria. El Informe sobre el estado de la sociedad civil se ha convertido en la principal publicación anual de CIVICUS, ya que describe las tendencias clave que afectan a las organizaciones de la sociedad civil (CSO) y a los movimientos ciudadanos. Además, el CIVICUS Monitor es un instrumento de investigación destinado a difundir datos fiables y actualizados sobre el estado de las libertades de la sociedad civil en todos los países. Danny Sriskandarajah, nuestro Secretario General de 2012 a 2018, definió el CIVICUS Monitor como «la primera herramienta sólida y completa para realizar un seguimiento de la situación de la sociedad civil en todo el mundo».
El camino que nos queda...
CIVICUS es, de hecho, una de las pocas organizaciones cuya tarea principal es la promoción y la protección de la sociedad civil a gran escala en todo el mundo. Y en los próximos años, no me cabe duda de que CIVICUS seguirá escuchando a sus miembros, socios y bases, y siempre estará dispuesta a innovar, trabajará con ahínco para entender las realidades y así defender las libertades cívicas y democráticas, y para fortalecer el poder de los ciudadanos y empoderar a una sociedad civil más transparente e innovadora.
Ahora mientras nos preparamos para afrontar nuevos desafíos, tenemos la suerte de encontrarnos en una posición de fuerza en CIVICUS: contamos con unas bases financieras estables, una junta directiva comprometida y diversa, un amplio y creciente número de miembros, y un talentoso secretariado dirigido por Lysa John, nuestra nueva y inspiradora secretaria general. Disponemos de las mejores condiciones para poder seguir fortaleciendo la participación ciudadana en todo el mundo.
Como pronto finalizará mi mandato dentro de la Junta Directiva, solo me queda por decirles lo privilegiada y agradecida que me siento. Les agradezco la oportunidad de haber podido trabajar junto a todos ustedes durante tantos años, por todo lo que me han enseñado, por el amor y el compañerismo que me han brindado, y por haber podido conocer a las personas más comprometidas con la justicia que puedan existir. CIVICUS trata de valores compartidos, solidaridad e inclusión. Siempre defenderé esos valores. ¡Gracias, CIVICUS!
Anabel Cruz
Presidenta de la Junta Directiva de CIVICUS 2016-2019
