
En Myanmar, miles de personas defensoras de la democracia llevan desde febrero saliendo a las calles para exigir el fin del golpe militar. Hasta ahora, las fuerzas de la junta han matado a más de 800 personas y han secuestrado y detenido a miles, utilizando a menudo una violencia brutal para reprimir la protesta. A pesar de la violencia y de la represión constantes, el pueblo birmano sigue resistiendo y continúa manifestándose para conseguir que se escuche su voz.
Son las mujeres las que están liderando este llamamiento a la libertad, constituyendo más del 60 por ciento de los manifestantes, además, una red de mujeres y niñas en todo el mundo se está uniendo a ellas en solidaridad. Algunas escriben poesía de resistencia, otras venden comida tradicional para recaudar fondos y otras salen a la calle para hacerse escuchar.
Algunas de estas mujeres son manifestantes veteranas procedentes de familias políticas de renombre y a ellas se une una generación de activistas más joven, consternada porque la democracia en Myanmar todavía no es una realidad para las familias que dejaron atrás.
Aquí están sus historias:

Depende de ti y de mí ser el pilar de los que están luchando en Myanmar ahora mismo
La estudiante universitaria Par Tha Hniang ha estado vendiendo comida tradicional birmana para recaudar fondos para el movimiento a favor de la democracia en Myanmar. Pertenece a la comunidad Chin, un grupo étnico perseguido del oeste de Myanmar, donde vivió hasta los siete años. Ahora vive en Lewisville, Texas, donde viven unos 4.000 refugiados Chin.

No quedan palabras para describir la brutalidad de la junta militar birmana
Myra Dahgaypaw tuvo que huir de Myanmar cuando era niña. Pertenece a la comunidad Karen, un grupo perseguido que vive en el este de Myanmar, y conoce de primera mano las violaciones de derechos cometidas por la junta militar. Ahora es directora de la Campaña Estadounidense por Myanmar, una organización que sensibiliza sobre las violaciones de los derechos humanos de las minorías étnicas y religiosas cometidas por el ejército birmano.

Adolescentes de mi edad que abandonan la escuela para poder protestar por su futuro y por su libertad
Bawi Hnem Sung, estudiante de secundaria de 17 años, y su familia huyeron de Myanmar cuando ella sólo tenía tres años. También pertenece a la comunidad Chin de Lewisville, Texas, y forma parte del Club Chin del instituto de Lewisville.

El golpe de Estado ha sido una auténtica catástrofe para nuestra tierra
Nacida en el seno de una familia activista, Thant Tun ha participado en la lucha por la democracia en Myanmar desde su nacimiento. El actual golpe de estado ha tenido consecuencias devastadoras para ella, su ahijada Khin Nyein Thu fue detenida en Yangon el 17 de abril y ha sido sometida a brutales torturas y abusos. Desde el Reino Unido, Thant trabaja como enfermera y dedica su tiempo libre a luchar por la libertad en Myanmar.

El golpe de Estado en Myanmar me impulsó a actuar
Supyae Yadanar escribe poesía de resistencia y organiza protestas en Dublín (Irlanda), donde actualmente estudia medicina. Es co-directora del Movimiento Global por la Democracia en Myanmar (GM4DM), una coalición internacional de organizaciones de base comunitaria y de personas que trabaja para apoyar la democracia en Myanmar.

Necesitamos la ayuda de la comunidad internacional
El padre de Wai Hnin Pwint Thon, Mya Aye, es un preso político que ha estado al frente del movimiento democrático de Myanmar durante más de 30 años. Fue detenido en Yangon el primer día del golpe, el 1 de febrero. Con sede en Ginebra, Wai Hnin trabaja para Burma Campaign UK, donde ha defendido la liberación de los presos políticos durante más de diez años.
Para saber más sobre estos activistas y su trabajo, lee el artículo de Newsweek "Refugiados de Myanmar que huyeron a Texas luchan por la democracia".